"Bienvenidos a Holanda."


Hace un tiempo, me brindaron la oportunidad de trabajar con afectados por enfermedades raras y con los familiares de los mismos.
Antes de incorporarme a mi puesto de trabajo, comencé a estudiar las implicaciones que tienen estas enfermedades a nivel físico, sin dejar de lado el aspecto psicológico. En el período de búsqueda de información, encontré un escrito de Emily Pearl Kinsgley que me ayudó a empatizar con los familiares de las personas afectadas por estas enfermedades. Dado que el texto refleja bastante bien lo que sienten las familias, he decidido compartirlo con vosotros.




Bienvenidos a Holanda

Esperar un bebe es como planear un fabuloso viaje de vacaciones a Italia: compras muchas guías de turismo y haces unos planes maravillosos: el coliseo, el David de Miguel Angel, las góndolas de Venecia... También puedes aprender algunas frases en italiano.

Todo es muy excitante, después de meses de preparación, finalmente llega el día: Haces las maletas y estas muy nervioso.

Algunas horas después, en el avión, la azafata dice: “Bienvenidos a Holanda.”

“¿Holanda?”, preguntas. “¿Cómo que Holanda?”  ¡Yo pagué para ir a Italia! Toda mi vida he soñado con ir a Italia.”

Sin Embargo, ha habido un cambio en el plan de vuelo, el avión ha aterrizado en Holanda y ahí tienes que quedarte. Así tienes que salir y comprar nuevas guías de turismo, incluso tendrás que aprender un idioma nuevo.

Lo importante es que no te han llevado a un lugar horrible: se trata, simplemente de un lugar diferente. Es más lento y menos deslumbrante que Italia, pero después de pasar allí algún tiempo y de recuperar la respiración, empiezas a mirar a tu alrededor y te das cuenta de que Holanda tiene molinos de viento, tulipanes, incluso Rembrandts...

Pero todos tus conocidos están ocupados yendo y viniendo de Italia, presumiendo de los días  maravillosos que han pasado. Y durante el resto de tú vida, te dirás: “Sí, ahí es donde se suponía que iba yo. Eso es lo que yo había planeado.”

Este dolor no desaparece nunca, porque la pérdida de este sueño es una pérdida muy

significativa. Pero si malgastas tu vida lamentando no haber ido a Italia, nunca podrás ser libre para disfrutar de lo que es especial: las cosas encantadoras que ofrece Holanda.

      Emily Pearl Kinsgley.

Es normal que ante una situación parecida, te sientas triste, enfadado, defraudado, etc. incluso podría decirse que tienes derecho a ello. Todas tus ilusiones, sueños y expectativas se han desvanecido, pero tú no eres el culpable.
Tú puedes hacer que tu hijo tenga más oportunidades, tienes herramientas para enfrentarte a esta situación, herramientas que tienes que aprender a usar y que hay personas dispuestas a enseñarte cómo hacerlo.

rocioriverolopez@gmail.com





Comentarios

  1. Maravilloso,no debemos perder el tiempo lamentandonos x lo q no tenemos o no fue

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  2. Si no existerais los profesionales q nos guias en este duro trance, no se q seria de nosotros. Gracias.

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