El bostezo como mensaje no verbal
A lo largo del día, nuestro
cerebro “se calienta” hasta el punto de quemar un tercio de
las calorías que
consumimos y para poder funcionar de forma más eficiente, necesita
enfriarse.
Al bostezar incrementamos el flujo de sangre aportando “aire fresco” a
nuestro cerebro.
Además cuando bostezamos se eleva
nuestro nivel de conciencia cognitiva, lo que nos
ayuda a mantenernos centrados
en las ideas y conceptos importantes.
Hasta hace poco, se pensaba que
el hecho de que alguien bostezara mientras
hablábamos, no nos decía nada más
allá de que debía estar aburrido o cansado. Pero
parece ser que el bostezo
tiene un significado más profundo. El bostezo puede ser un
mecanismo de escape
que utilizamos para no tener que enfrentarnos a situaciones
estresantes,
dolorosas o difíciles.
Cuando en una conversación sale un tema del que
preferimos no hablar, solemos bostezar sin darnos cuenta
para evitar el tema.
Dado que el origen del bostezo es
fisiológico y tiene un
componente emocional y social, habría que seguir
estudiándolo. Hasta el momento, nos
quedamos con el mensaje no verbal que nos
transmite y que puede variar dependiendo
de las circunstancias.
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