La casa imperfecta
Un maestro de construcción ya
entrado en años estaba listo para retirarse a disfrutar su
pensión de
jubilación. Le contó a su jefe sus planes de dejar el trabajo para llevar una
vida más placentera con su esposa y su familia. Iba a extrañar su salario
mensual, pero
necesitaba retirarse; ya se las arreglarían de alguna manera.
El jefe se dio cuenta de que era
inevitable que su buen empleado dejara la compañía y le
pidió, como favor
personal, que hiciera el último esfuerzo: construir una casa más. El
hombre
accedió y comenzó su trabajo, pero se veía que no estaba poniendo el corazón en
lo que hacía. Utilizaba materiales de inferior calidad, y su trabajo, lo mismo
que el de sus
ayudantes, era deficiente. Era una infortunada manera de poner
punto final a su carrera.
Cuando el albañil terminó el
trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y le extendió las
llaves de la
puerta principal. "Esta es tu casa, querido amigo. Es un regalo para
ti".
Si el albañil hubiera sabido que
estaba construyendo su propia casa, seguramente la
hubiera hecho totalmente
diferente. ¡Ahora tendría que vivir en la casa imperfecta que
había construido!
paso rápidamente de las
cosas que tenemos que hacer en nuestro día a día y olvidamos que
son esas cosas
las que construyen nuestra vida. La situación que estamos viviendo
actualmente
es la que hemos ido creando con nuestras conductas y actitudes, por ello
tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos siempre. Nuestra vida es la casa que
vamos
construyendo.
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