A lo largo del día, nuestro cerebro “se calienta” hasta el punto de quemar un tercio de las calorías que consumimos y para poder funcionar de forma más eficiente, necesita enfriarse. Al bostezar incrementamos el flujo de sangre aportando “aire fresco” a nuestro cerebro. Además cuando bostezamos se eleva nuestro nivel de conciencia cognitiva, lo que nos ayuda a mantenernos centrados en las ideas y conceptos importantes. Hasta hace poco, se pensaba que el hecho de que alguien bostezara mientras hablábamos, no nos decía nada más allá de que debía estar aburrido o cansado. Pero parece ser que el bostezo tiene un significado más profundo. El bostezo puede ser un mecanismo de escape que utilizamos para no tener que enfrentarnos a situaciones estresantes, dolorosas o difíciles. Cuando en una conversación sale un tema del que preferimos no hablar, solemos bostezar sin darnos cuenta para...
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